Durante mucho tiempo se consideró que el TDAH era un trastorno propio de la infancia y de la adolescencia, pero actualmente se sabe que el trastorno puede persistir en la edad adulta en más del 50% de los casos, afectando a nivel laboral, familiar, funcional, relacional y emocional, en definitiva, a su calidad de vida.
La prevalencia del TDAH en adultos es aproximadamente de un 3%, sin embargo, la realidad es que la mayoría de estos adultos con TDAH no están diagnosticados, o están diagnosticados de otros trastornos, por lo que el diagnóstico en adultos puede resultar complicado, ya que los síntomas del TDAH se pueden solapar con otros trastornos como trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, trastorno por abuso de sustancias, etc.
El TDAH en adultos se caracteriza por un patrón persistente de falta de atención, hiperactividad/ impulsividad que interfiere con el funcionamiento del día a día.